martes, 23 de marzo de 2010

CÁCERES

Proponen crear una pantalla vegetal anti ruido en el parque del Príncipe

La medida persigue proteger a las aves, y consiste en sembrar varias filas seguidas de arbustos y árboles con muchas hojas

23.03.10 - 00:14 -

Escondite de adolescentes aficionados a las pellas, sempiterno aspirante a 'botellódromo', refugio de parejas sin casa ni coche, circuito de cabecera de aficionados al trote, la carrera y el abdominal, banco de jubilados con y sin periódico, paseo ideal para perrunos... Es el parque del Príncipe, una mancha ocre en el mapa de Cáceres, la zona verde más grande de la capital, y aunque para la mayoría sea algo desconocido, uno de los paraísos urbanos para aves más apreciados de España.
75 especies, entre ellas unas cuantas a las que es muy difícil ver si no es en el campo, lo han elegido como sitio para vivir, entre otras razones porque entre sus 18 hectáreas hay menos ruido del habitual en una ciudad. «Esto es así porque el parque está en una depresión, es decir, está a una altura inferior a la de sus alrededores, y eso hace que el ruido del tráfico llegue matizado», explica Daniel Patón, profesor titular de Ecología en la facultad de Ciencias de la Uex y miembro de la Asociación de Amigos del Parque del Príncipe.
Precisamente él es quien ha tomado la iniciativa de lanzar una idea que tiene como objetivo fundamental mejorar el hábitat de las aves que hay en el parque, intentar que las que hay no se vayan y que puedan venir más. Lo que propone Patón es crear pantallas vegetales para reducir el nivel de ruido en el recinto. Su planteamiento es ubicarlas tanto en la Ronda Norte como en la avenida de Hernán Cortés, las dos carreteras -precisamente la primera nació, entre otros motivos, para descargar de vehículos a la segunda- que marcan los límites de la zona verde a un lado y otro.
¿Y qué es una pantalla vegetal? Sin entrar en grandes profundidades, se puede definir como una barrera natural, a base de árboles y arbustos, que actúa como aislante. Es la versión ecológica de las pantallas anti ruido que es fácil ver en las autovías, o separando a estas de urbanizaciones situadas al lado. En las vegetales, en lugar de materiales artificiales, todo es natural. Básicamente, árboles. Y no basta con una sola fila. Son necesarias varias. Y tampoco sirve cualquier especie.
Daniel Patón sugiere el algarrobo, porque a pesar de que tarda en crecer, tiene muchas hojas, aunque matiza que hay otras opciones (los cipreses o incluso las encinas) que podrían valer. «Los jardineros son quienes saben bien cuál sería la mejor elección», apunta el profesor, que enumera qué condiciones debería cumplir la especie elegida. «Debe ser perenne, con mucha densidad de hojas y ramas finas que creen bolsas de aire -detalla-, preferiblemente de crecimiento rápido, longeva, resistente a la falta de agua y mejor un matorral alto que un árbol o arbusto bajo».
Este muro verde consigue reducir el nivel de ruido entre tres y cinco decibelios, una cantidad pequeña -considerablemente menor a la de las pantallas acústicas artificiales, las de las carreteras-, pero suficientes para el parque del Príncipe, que ya de por sí presenta una tasa de rumorosidad baja.
En concreto, la media del recinto es de 52 decibelios, con áreas donde baja hasta los 47 y otras más expuestas en las que se alcanzan los 60. Según los estudios de Patón -hay más de una investigación que lo acredita-, el nivel sonoro es un factor fundamental a la hora de responder a la pregunta de por qué el parque acoge a especies que no suelen habitar en ciudades. «El ruido explica la presencia de más del 68 por ciento de la avifauna urbana», añade el experto, que sugiere una segunda medida para reducir el ruido en el entorno: garantizar, mediante resaltes o radares, que los vehículos que circulan por la avenida de Hernán Cortés o la Ronda Norte no sobrepasan la velocidad legal establecida.
La propuesta de Daniel Patón tiene el aval de la Asociación de Amigos del Parque del Príncipe, de la que es miembro. De hecho, el colectivo tiene varias iniciativas que pretenden revalorizar el recinto. Entre ellas, la más significativa es la mejora de la conocida como 'estufa fría', un espacio en el que viven 180 especies tropicales. El proyecto está incluido en la lista que el Ayuntamiento presentó al segundo Plan E, y su dotación es de 200.000 euros, que se invertirán en habilitar un pasillo y señalizar los ejemplares, pasos obligados para que el lugar pueda recibir visitas guiadas.

martes, 16 de marzo de 2010

Sentencia en Castellón


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Un juez obliga a Castellón a medir el ruido en un barrio

M. FABRA - Castellón - 20/02/2010

Un juzgado de lo Contencioso administrativo ha obligado al Ayuntamiento de Castellón a medir el nivel de ruido de la zona de Lagasca, con el fin de comprobar si se trata de una Zona Acústicamente Saturada (ZAS). La sentencia responde a un recurso, presentado por la asociación Castelló sense Soroll, después de que el consistorio decidiera no cumplir un acuerdo adoptado por el pleno municipal, en diciembre de 2006, que recogía la decisión de medir el nivel de ruido en la zona. El equipo de gobierno del PP alegó que dichas mediciones habían quedado en suspenso ante la necesidad de redactar un plan acústico, exigido por la Generalitat desde 2002 para los municipios de más de 20.000 habitantes. Pese a ello, el tribunal considera que debe ejecutarse el acuerdo adoptado en el pleno y proceder a las mediciones ya que las medidas plasmadas en el plan "no sustituyen a las que serían de aplicación de apreciarse que concurren los requisitos para la declaración de una ZAS" que, según ha apuntado la asociación, "son mucho más restrictivas".


En cualquier caso, según aseguró ayer el portavoz del colectivo, Tomás Verdejo, el Ayuntamiento no ha adoptado ninguna de las medidas contempladas en el plan acústico municipal y en el posterior plan zonal, tras un año de vigencia. Entre ellas se encuentra la instalación de limitadores telemáticos de los equipos musicales, que son controlados desde la propia policía, ni la designación de patrullas específicas para el control de ruido. El colectivo admite que los locales han realizado un "esfuerzo" por hacer posible el descanso de los vecinos. "Pero no sabemos si es el que corresponde porque el Ayuntamiento tampoco ha realizado auditorías acústicas", añade.

Diario HOY

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CÁCERES
El portal más visitado de la Madrila

15.03.10 - 00:11 -

Viven en el corazón de la movida. Lo saben y lo sufren. Y lo que parece más preocupante con vistas al futuro, están condenados a seguir sufriendo. En esa tesitura se encuentran los 20 vecinos que habitan el bloque número 2 de la calle Santa Teresa de Jesús, en plena Madrila. Sus casas se encuentran en un lugar privilegiado. Privilegiado para sucumbir a ruidos y visitas inesperadas cada noche de fin de semana. Son visitas de extraños que dejan restos de todo tipo, entre las que se incluyen bebidas, papelinas vacías de droga y, sobre todo, deposiciones. «A veces esta zona parece un váter», se queja Eutiquiano Mendo, uno de los afectados.
La película ya la conocen de memoria. Comienza cada noche de jueves y se intensifica durante la madrugada del sábado al domingo. Los damnificados lo tienen muy claro.
Quien quiera ver el espectáculo de cómo queda el rincón que hay entre el negocio situado junto a sus casas, el pequeño jardincillo y la entrada al número 2 de Santa Teresa de Jesús debe acudir cualquier mañana después de la movida. «Lo dejan todo perdido, hecho un desastre. Es algo tremendo, porque te encuentras aquí de todo. Al menos ahora no se ven jeringuillas, lo que sí aparecen son papelinas, vasos tirados y restos de orín», describe con la mirada fija en el suelo de la puerta de acceso Eutiquiano.
Se atisba un color amarillento negruzco y cuando el interlocutor pone cara de no saber qué es, este hombre de 68 años que lleva viviendo en el bloque «desde que se construyó hace más de 40 años» tira de lógica y apabulla: «Eso es lo que han hecho tantas y tantas meadas en la entrada de casa, estropear la puerta. Mira el suelo», resume.
Eutiquiano es natural de Arroyo de la Luz aunque se vino a vivir a Cáceres. Es un vecino de la Madrila de toda la vida y allí lleva sufriendo, también, «durante más de 20 años». Encuentra la solidaridad y comprensión de Antonio Durán, el incansable presidente de la Asociación Cacereños contra el Ruido. Su cruzada parece una causa perdida, pero ellos siguen dando batalla en todos los frentes: el de la Administración Pública, la Justicia y los medios están en primer plano.
Policía
«Llamamos a la Policía y viene, pero luego todo vuelve a ser igual. Hemos presentados denuncias y por las mañanas vienen los operarios de Conyser y recogen toda la basura, pero esto no es de recibo». Eutiquiano Mendo habla por su boca aunque traslada el problema de sus vecinos de bloque, que han debido acordar en comunicad colocar un foco que permanece iluminado por la noche y que es la última medida de alcance que se les ha ocurrido para tratar de ahuyentar a tantos visitantes extraños. La visibilidad ha aumentado y gracias a ello las visitas han remitido.
«No sé si es que los servicios de los bares están llenos o que los cierran, según nos dicen. Lo cierto e s que todos vienen aquí a reunirse, a hacer sus necesidades...». Su discurso se endurece. La mirada de este viudo, amable y cercano parece un poco más triste. Señala ahora hacia el foco y dice que confía en que gracias a él se reduzcan los movimientos en el portal. El número 2 de Santa Teresa, posiblemente, el más visitado de la Madrila.


El Periodico de Extremadura

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Portada > Tema del día

"El problema es la permisividad con la hora de cierre"

Antonio Durán CACEREÑOS CONTRA EL RUIDO.

15/03/2010 G. M.

Foto:FRANCIS VILLEGAS
Antonio Durán vive cada fin de semana el infierno del ocio. No es que a él no le guste divertirse, pero le gusta más descansar, lo que le resulta casi imposible de jueves a domingo. En su guerra contra el ruido influye decisivamente el incumplimiento de los horarios de cierre de los locales que le hace también incumplir sus horas de sueño. Pero no es una batalla que Durán lidia solo. Desde hace un año preside una asociación, Cacereños contra el ruido, de la que forman parte los vecinos de las zonas de marcha de Cáceres con el objetivo de frenar la contaminación acústica.

Su respuesta a por qué se incumple la ley en repetidas ocasiones en este sentido es clara: "el principal problema es la permisividad con los horarios. Es lo más grave". En el caso de Cáceres, según Durán el incumplimiento es generalizado. "No tenemos inconveniente en que los horarios se amplíen pero que lo locales no estén bajo nuestras casas", explica.

Esa es la solución que el presidente de este colectivo que sufre las consecuencias de que se burle lo estipulado: "sacar los locales de los hogares". Bueno, esa y "hacer cumplir la ley". Durán pone un ejemplo: "He denunciado en alguna ocasión a uno de los locales de La Madrila que más me tortura a mí. El ayuntamiento dice que ya tiene 16 expedientes de sanción abiertos a este local, pero que son faltas leves y no puede proceder al cierre que pedimos". Ante este caso, parece que es la propia Administración la que tampoco cumple las leyes, puesto que la comisión de tres faltas leves, "que deben resolverse en el plazo de un mes", podrían llevar al cierre temporal.

Si el local se cierra tarde, la gente sale a la calle más tarde y las horas de sueño de Antonio y otros vecinos se reducen. "Hay que tomar soluciones valientes. Igual que se ha hecho con las multas de tráfico, han sido más estrictos y los accidentes están bajando".

miércoles, 10 de marzo de 2010

¿No sería mejor la prevención, y que paguen los causantes?

La gamberrada que más cara le sale al Consistorio son las micciones en la calle: paga 84.100 euros al año para acabar con el hedor y las manchas

09.03.10 - 00:10 -


¿Cuánto dinero del que pagan los ciudadanos de Cáceres cada año en su declaración de la renta se gasta en devolver a su estado original lo que destroza el vandalismo? La cifra sorprenderá a más de uno: 467.064 euros.
Es lo que tuvo que desembolsar el Ayuntamiento en el año 2008 (el recuento de 2009 está en curso) para restituir el orden de lo que se llevan por delante los gamberros. La cifra, aportada por la Concejalía de Infraestructuras, no es una estimación, sino el montante final de una factura detallada. Y en ese recibo, la cantidad más alta es la que se dedica a pagar las fumigaciones que son necesarias para eliminar las manchas y el hedor vomitivo que los orines acumulados dejan en paredes y suelos. Sólo este concepto le cuesta al gobierno local 84.100 euros, la partida más gravosa de todas, por delante del alumbrado público -farolas rotas, principalmente-, que aparece en el segundo lugar de esta clasificación, con 79.510 euros.
«Lo que el vandalimo le cuesta al Ayuntamiento es una barbaridad», lamenta Miguel López. El concejal pone voz a una reflexión que seguro, firmarían un buen número de ciudadanos, algunos de ellos víctimas directas o colaterales del afán que demuestran algunos jóvenes por hacer bien visible su cortedad de educación.
Lo sufren en primera persona, por ejemplo, quienes residen en alguna de las zonas preferidas por los vándalos, que coinciden con el centro urbano. Entre ellas, la plaza de la Concepción -que le pregunten a la estatua de El Redoble, que ha amanecido varios sábados sin uno de sus dos integrantes-, las cales Pintores, Moret y Paneras o el parque de Calvo Sotelo, de donde hubo que quitar unos paneles informativos situados al pie de algunos árboles. Esa zona es conocida en el argot policial cacereño como 'la ruta del elefante', porque es rara la mañana en que ese trayecto, que comunica la Plaza Mayor con La Madrila, dos de los lugares de referencia en el ocio nocturno de la capital, amanece sin algún destrozo.
Precisamente las calles Pintores, Moret y Paneras están en el punto de mira de Aeca (Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres), que lleva tiempo intentando que la autoridad les permita instalar cámaras de videovigilancia en las tres vías. Hace tres años lo solicitaron sin éxito, y desde hace uno están recopilando denuncias de sus asociados para presentar una solicitud formal más argumentada. La decisión depende en gran medida de la Comisión de Garantías de la Videovigilancia, que tiene al frente al presidente del TSJEx (Tribunal Superior de Justicia de Extremadura), y entre sus miembros, al fiscal del TSJEx, técnicos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, un representante de la Delegación del Gobierno y responsables en materia de Seguridad Ciudadana. En los últimos años, ese organismo ha atendido cuatro solicitudes (la de los empresarios cacereños, Llerena, Olivenza y Casas de Don Pedro), y todas las denegó. El argumento principal suele ser que estos dispositivos puede conculcar el derecho a la intimidad, el honor o la libre circulación.
Visto que el vandalismo no cesa y sigue afectando a los negocios, principalmente los del centro de la ciudad, AECA ya tiene recopiladas en torno a una treintena de denuncias, y desde el colectivo se hace una llamada a los dueños de tiendas para que denuncien los daños a sus comercios. «A veces no se hace por falta de tiempo o porque se cree que no servirá para nada, pero es importante para intentar que pongan las cámaras», reflexiona María Ángeles Costa, gerente de la asociación.
Para intentar hacer frente a este problema, el Ayuntamiento puso en marcha hace un año su 'plan antivandalismo', que incluía más vigilancia policial para intentar identificar a los autores. El programa arrancó en abril, y hasta julio habían sido detenidos cuatro menores. La cifra total transcurrido un año desde la puesta en marcha del plan la dará a conocer el concejal de Seguridad Ciudadana en los próximos días, aunque Carlos Jurado advierte de que «no es sólo una cuestión de perseguir al que lo hace, sino más bien una labor educativa, pues la mayoría son menores de edad». Conforme a este punto de partida, el Consistorio está preparando una serie de actuaciones encaminadas a concienciar a los jóvenes de lo irracional de atentar contra el mobiliario urbano.
Fiscal de menores
Precisamente porque no superan los 18 años, la primera medida que se toma sobre quienes son descubiertos cometiendo algún acto vandálico es poner el asunto en manos del fiscal de menores. En función de la cuantía de los daños que haya ocasionado, su acción será tipificada como una falta o como un delito, sus padres o tutores legales tendrán que hacer frente a la indemnización económica para resarcir al perjudicado, y el juez decidirá después el castigo para el autor. El objetivo último es que el menor adquiera conciencia de sus actos, y que la capital vea reducido en lo posible estos daños. «De todas formas -termina Carlos Jurado-, este un problema que se da en Cáceres, en todas las ciudades e incluso en los pueblos».

martes, 9 de marzo de 2010

Continúa la desidia

HOY.es

«Pasaba mucha gente y algunos les daban patadas a los paneles»


09.03.10 - 00:03 -
Rosario García Polo es testigo todos los fines de semana del ruidoso tránsito de los jóvenes que cierran los bares de la Plaza y se cambian a los locales de la Madrila, las dos principales zonas de marcha. Vive en la calle San Pedro, una de las arterias más vivas de la ciudad prácticamente a cualquier hora.
En ese tramo, las noches de los fines de semana la gente grita y canta animada por el alcohol, y en algunos casos, como la pasada madrugada del sábado al domingo, arrasa con lo que se encuentre por el camino.
Rosario presenció los actos vandálicos contra la exposición 'Calle Mayor', que dañaron ocho de los diez paneles de esta actividad del XVIII Festival Español de Cine Solidario. Cuenta que sobre las dos y media de la mañana comenzó a escuchar golpes y se asomó a la ventana. Desde las alturas contempló a jóvenes que daban patadas a los paneles. Sostiene que llamó a la Policía Local hasta en tres ocasiones, pero que cuando se fue a la cama, una hora después, a las tres y media, todavía no habían llegado las fuerzas de seguridad. Tampoco atisbó la presencia de los vigilantes privados que, según el informe de la empresa 'Seguridad Ceres', no dieron abasto ante el tumulto. Lograron detener a tres jóvenes, uno de los cuales fue identificado por la Policía Nacional. Rosario asegura que por la ventana veía como «pasaba mucha gente y algunos daban patadas a los paneles». No todos, aunque sí parecía haber un efecto contagio. Lamenta el comportamiento incívico de los jóvenes y la ausencia de fuerzas de seguridad.
La Policía reforzó desde el mismo domingo su presencia en la zona, que se mantendrá hasta el día 13 de marzo, cuando se desmantele esta exposición, cuyos paneles dañados ya se están reparando.

martes, 2 de marzo de 2010

Entrevista a Presidente PEACRAM

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